La dichosa y mortífera bacteria “E.Coli” que ha puesto en jaque a la economía agrícola española, tras las acusaciones de Alemania que señalaban a unos pepinos españoles como los causantes de la enfermedad, resultan estar más cerca del gobierno de Angela Merkel que de las plantaciones andaluzas.
El propio ministro regional de Agricultura, Gert Lindemann, ha sido el encargado de anunciar que todo apunta a una plantación de brotes de soja, ubicada en suelo alemán, en la zona de la Baja Sajonia podría ser el origen de la infección que ya se ha cobrado 22 muertos.
Las intalaciones han sido clausuradas por las autoridades del Estado, que también han incautado toda la producción, además de requisar toda la mercancía que había sido vendida y que aún no había sido consumida.
Lindemann ha pedido a la población que no consuma ese tipo de brotes hasta que no se conozcan los resultados de los análisis que se han llevado a cabo y que se conocerán mañana.
La infección de la bacteria “E.Coli” ha enfermado a más de 2.000 personas en el norte de Alemania y fue este país el primero en acusar a los productos españoles de ser los causantes de transmitir la enfermedad.
Sin embargo, hace unos días se conocía la noticia de que las verduras españolas no tenían nada que ver con la crisis sanitaria, aunque para los agricultores españoles el daño ya estaba hecho y miles de toneladas de productos agrícolas habían sido tirados a la basura y el tema se zanjaba con unos 500 puestos de trabajo perdidos.
Ahora todo indica que la bacteria estaba en la propia Alemania, en una plantación de brotes de la variedad vigna radiata, aunque también podrían haber contaminado brotes de guisantes, ajos, alubias, lentejas y productos similares que se han cultivado en Uelzen.