La reunión de líderes europeos culmina con un resultado esperable, para el 2012, el fondo de rescate aumentará a 500 mil millones de euros.
Del mismo modo, y quizás más importante, se aprueba la medida para profundizar el tratado sobre regulación financiera, que está orientado a evitar que el mercado financiero genere procesos económicos como los que están a la base de la crisis, que en este caso se originaron a partir de la burbuja sobre la hipotecas subprime, pero que de mantenerse los niveles de desregulación no hay seguridad que situaciones similares no vuelvan a repetirse.
El acuerdo en este caso no incluye por el momento a República Checa, Suecia, Hungría y el Reino Unido. El caso de Hungría es más incierto, mientras Suecia y República checa deben aún consultar la aprobación en sus parlamentos. En cualquier caso, el gran ausente es el Reino Unido, particularmente porque gran parte de los centros financieros europeos operan en la isla.
La postura inglesa era sumarse al acuerdo siempre y cuando se le permitiera autonomía en la regulación de sus entidades financieras, pero en la práctica, eso implicaría dejar gran parte del volumen financiero, fuera del tratado, y a la vez generar una especie de doble sistema financiero, uno sin regulación, o con una regulación liberalizada, y otro conforme al tratado para el resto de Europa.
En esta cumbre, Alemania ha perdido cierto protagonismo; pues en medio de la misma se conoció el ajuste a la baja de sus predicciones de crecimiento para el 2012. Esto explica, en buena medida, que haya sido Sarkozy, el responsable de los principales anuncios. Si bien la noticia en términos económicos es preocupante; puede ser positiva en términos políticos debido al excesivo protagonismo de la canciller Merkel, en estos últimos meses.