Nacionalizando la banca española

El estado español va camino de ser el mayor banquero del país. Ya tiene el control de Bankia, cuarta entidad financiera de España y planea entrar en el capital de más bancos y cajas de ahorros nacionales.

El motivo es claro: Las nuevas provisiones que ha aprobado el Gobierno español hará que las entidades financieras se vean obligadas a pedir dinero público para llegar a los niveles que ha exigido el Ejecutivo. Pero estas aportaciones no van a ser, como era tradicional, a través de bonos contingentes convertibles, sino que se busca entrar a formar parte del accionariado de los bancos y cajas.

Este cambio se va a producir porque el dinero que el Estado preste a los bancos tendrá un interés anual del 10% y se da por hecho que algunas entidades no podrán hacer frente a esos pagos.

Y para que no ocurra como en Bankia, donde el Gobierno ha entrado como un elefante en una cacharrería, desde Economía quieren dejarlo claro desde ya y que las entidades sepan que se les prestará dinero a cambio de que el Estado pase a ser accionista de las mismas.

Esto permite a los bancos no pagar intereses y el Estado puede vigilar las entidades desde un lugar privilegiado, e incluso, si fuera necesario, obligarles a seguir determinadas políticas, al sentarse en sus consejos de administración. En cualquier caso, la idea con la que trabaja el Banco de España es que la participación del Estado sea siempre minoritaria dentro del accionariado de las entidades.

El aumento de las provisiones que aprobó el viernes el Consejo de Ministros afecta a los activos inmobiliarios sanos, aunque, por efecto de la crisis, el aumento de la morosidad y las refinanciaciones, cada vez más habituales, pueden hacer dudar también sobre la solvencia de estos activos, aparentemente en buen estado. Por este motivo, el Gobierno ha subido al 30%, desde el 7% actual, las provisiones de este tipo de activos, con una cifra total que rondará los 123.000 millones de euros, de los que se tendrán cubiertos, con la nueva regulación, unos 30.000 millones.