Hoy viernes, al mismo tiempo que la Unión Europea ha aprobado definitivamente el rescate de nuestro sistema financiero, la prima de riesgo, inasequible al desaliento, ha cerrado con un nivel de 610 puntos básicos.
Esto se debe, según los expertos, al bajo nivel en el que se encuentra el bono alemán, lo que propicia que el bono español ya se pague a un interés superior al 7,2%, superando al nivel que propició en su momento los rescates de Portugal, Grecia e Irlanda.
Y hoy, que iba a ser un buen día por la ayuda europea a nuestros bancos y cajas, se ha ido todo al traste. El miedo es libre y la Comunidad Valenciana ha pedido oficialmente ayuda al Gobierno español para poder pagar su deuda pública.
Esto solo sirve para constatar lo que ya muchos decían: nuestros problemas macroeconómicos han venido para quedarse. Cristóbal Montoro, ministro de Economía, ha llegado a afirmar que la recesión seguirá en 2013 y que el desempleo no bajará del 24%.
Por si esto fuera poco, desde el gobierno austriaco se ha dejado caer la posibilidad de que la primera parte del rescate financiero, unos 30.000 millones de euros, podría retrasarse más de lo previsto y llegar a España en septiembre, coincidiendo con la decisión del Tribunal Constitucional de Alemania sobre la procedencia o no del fondo de rescate permanente.
En cualquier caso, los analistas afirman que además de los problemas internos de nuestra economía hay otros factores internacionales que están perjudicando a España, como la desaceleración general de la economía y la inoperancia europea por dar respuestas rápidas y ágiles a la crisis.