Vamos, que desde que en 2010, Rodríguez Zapatero recortó el salario de los funcionarios en un 5% y 7% y la supresión de la paga extra navideña de Mariano Rajoy en 2012, los funcionarios han tenido una pérdida del 20% en poder adquisitivo.
Y no estamos hablando de esos altos cargos públicos que ‘juegan’ con el dinero de los demás y tienen permiso para hacer prácticamente todo lo que les plazca. Nos referimos a los funcionarios que con suerte llegan a los 1000 euros mensuales y, en caso de superarlos, lo hacen por escasas unidades.
¿Qué quiere decir esto? Pues que por muy funcionario que se sea, con cada recorte y congelación y a pesar de tener un trabajo supuestamente seguro y estable, te seguirá costando llegar a fin de mes ya que las hipotecas, colegios, comida y demás gastos habituales se mantendrán fijos o subirán de importe. Con un poquito más, terminaremos pagando por poder trabajar.
Y si con esto no era suficiente, Hacienda también ha anunciado que se mantendrá congelada la oferta de empleo público para el año que viene. Los pocos sectores que se libran son los prioritarios (Educación, Sanidad, Fuerzas y Cuerpos de seguridad del Estado, Policía autonómica y local, Fuerzas armadas, control y lucha contra el Fraude Fiscal), que seguirán disponiendo de una tasa de reposición del 10% como máximo, como el año pasado.
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