La reforma eléctrica ha dado un nuevo paso de tuerca a su ya complicada situación. Hace unos días, el ministro de Industria, José Manuel Soria, afirmó que no esperaba incrementos en el precio de la luz para el comienzo de 2014, la realidad es que 2013 terminará con un déficit de tarifa que se acercará a los 5.000 millones de euros.
Por el momento, el Gobierno de España solo reconoce unos 3.600 millones de euros, pero las previsiones pueden irse al traste, ya que desde finales de noviembre se viene calculando, de forma inexacta, la cantidad económica de la que se tiene que hacer cargo el Gobierno, lo que aumentaría la cifra otros 1.400 millones de euros.
Tanto Luis de Guindos, ministro de Economía, como Cristóbal Montoro, titular de Hacienda, están negociando a toda prisa con las empresas eléctricas para solucionar el conflicto, basándose en nuevos cálculos realizados por técnicos en la materia, sin que la cifra final pueda saberse antes del próximo mes de febrero.
El Partido Popular presentó hace poco una enmienda en la Cámara Alta por la que el Gobierno retiraba sus ayudas para controlar el precio de la luz, pero que abarcaba la posible contingencia de que el déficit fuera mayor de lo previsto, de tal manera que el texto señala que “para 2013 se reconoce la existencia de un déficit de ingresos de liquidaciones del sistema eléctrico por un máximo de 3.600 millones de euros, sin perjuicio de los desajustes temporales que pudieran producirse”.
El Ejecutivo español cubrirá esa nueva cifra sin sacar el dinero de los Presupuestos Generales del Estado, para evitar que el aumento del déficit repercuta en el precio del recibo, por lo que lo que se está negociando entre el Gobierno y las empresas eléctricas es la titulización de esa deuda de 1.400 millones. La cantidad será distribuida entre inversores internacionales de prestigio y contará con la garantía del Estado español.