Los “indignados” han vuelto a la Puerta del Sol. Han llegado desde todos los puntos de la “indignada” España, convocados hasta las nueve de la noche del sábado y preparados para la manifestación que ha de recorrer las calles de Madrid a partir de las 18:30 horas de esta tarde de domingo.
Esta mañana, los “indignados” se han acercado hasta El Retiro, como cualquier madrileño en soleada mañana de fin de semana. Han llegado hasta el Palacio de Cristal para acordar y establecer la estrategia a seguir para coordinar el movimiento a nivel estatal.
La verdad es que no estaría nada mal, sobre todo de cara a acciones más contundentes y continuadas que no ofrezcan una imagen de “indignación de ida y vuelta”, de cabreo que va y que viene, de rabieta que sube y baja, de ocupación viajera estacional, de escapada-acampada de domingo en el camping de Sol…
No sé, supongo que muchos no estarán nada de acuerdo conmigo. Es más, creo que mis palabras, como casi siempre que toco este tema, acabarán atrayendo hacia mí las “iras” de más de uno y una… Da igual, aún no he aprendido a callarme.
No entiendo muchas cosas del movimiento surgido tras el 15M y eso no significa que no comparta otras muchas cosas con ellos o, por lo menos, una fundamental: Estar hasta el gorro de la situación que vivimos.
Sin embargo, parece como si la “indignación” mayoritaria (que no la de algunos que continúan erre que erre y pase lo que pase, todos los días) fuese un estado del que hay que descansar periódicamente, para continuar con las cosas de cada uno; no sé, los conciertos del verano, la playa, los hijos que ahora no tienen cole, las vacaciones en familia…
Y, cuando por fin nos hemos relajado y recuperado de tanta “indignación” pues retomamos la protesta.
No comparto el que todos los políticos sean despreciables, porque no es verdad. No comparto que la política sea innecesaria, porque no es verdad. No comparto el que exista otra forma de regir y gestionar las ciudades, al margen de la política bien hecha, porque no es verdad. No comparto la forma de protesta periódica, porque no sirve para nada…
La situación es lamentable, vivimos una crisis terrible y continuamos pagando los agujeros negros de los bancos, mientras nos quitan nuestras casas; ahora les vamos a exigir “papeles” a los rumanos, como si fueran camionetas, pero les seguimos pagando millones al “sistema“; un señor ha tenido que dimitir en Valencia, porque por mayoría los valencianos le han votado, si no hubiese hecho falta que dimitiera; el “socialismo” español se está convirtiendo en una derecha difícil de diferenciar de un Rajoy, que aprovecha la ocasión y además aparece cada vez más endiosado en su camino a la Moncloa; la gente se está quitando la miseria a guantazos y a golpe de “caridad” de comedores sociales; la Bolsa no para de darnos bolsazos y todos nos estamos haciendo un poco analistas financieros de pacotilla; mientras en Somalia, por combustión casi espontánea, ha vuelto una hambruna que no sé muy bien cuando dejó de existir con anterioridad…
¿Cómo, cómo podemos indignarnos tan pocas veces al mes?