En términos básicos apunta a la transformación del mercado del trabajo español, haciéndolo menos “comprometedor”, para quien contrata. De este modo, se pretende estimular la contratación; sin embargo, esta es una medida que sólo secundariamente aporta a la contratación y que no es para nada efectiva, si no hay estímulo a la inversión, particularmente a través de créditos.
En este aspecto, el empleo español se compone principalmente por pequeñas y medianas empresas. Las grandes empresas, que son las que mejor se benefician con la flexibilización, aportan un porcentaje menor del empleo. Por tanto, el problema es mejorar las condiciones para las pequeñas y medianas empresas, y aquí la economía española requiere dos intervenciones muy directas que hasta el momento no han aparecido mayormente en el debate público ni en la agenda política. 1 Modernización de los procesos de emprendimiento. 2 Estímulo al emprendimiento de las pequeñas y medianas empresas.
Lo primero es una necesidad urgente; pues, España mantiene uno de los aparatos más burocráticos y engorrosos al momento de crear una empresa. De este modo el pequeño empresario, o el emprendedor novato, rápidamente se encuentran en un laberinto de impresos, solicitudes, gobiernos locales, autonómicos y un sinfín de trabas de diverso carácter. La primera medida básica que se requiere es la modernización de estos procesos, con el fin de agilizarlos, automatizarlos, informatizarlos, en fin hacerlos más fáciles y flexibles para los emprendedores. La crisis no es momento para la tozudez burocrática. Lo segundo, es que el crédito requiere un rescate. En este sentido los gobiernos europeos en general, y el de España en particular tienen una responsabilidad; pues han invertido grandes recursos públicos en el rescate de las bancas privadas, lo cual tiene una sola justificación viable: la mantención del crédito. Por lo cual, los gobiernos deben velar hoy porque el crédito se mantenga para el segmento de los pequeños empresarios. Este estímulo, además, puede traducirse en la reducción temporal de impuestos para las nuevas empresas.
Es evidente que para aumentar el empleo hay que apoyar a los empresarios; pero hay que focalizar en los empresarios que generan el empleo, y en las medidas que inciden directamente.