Una de las claves básicas de trabajo en los próximos meses es la reforma de la administración pública; ahora bien, esto debe implicar también una modernización de tal administración. De modo que no sólo sea más barata o más pequeña, sino también más eficiente, más expedita. Lo cual no sólo significa desmontar; sino también crear nuevas instancias más adecuadas. Entre los elementos más importantes para el próximo semestre es la generación y reforma de agencias para el emprendimiento a nivel local; que puedan orientar, coordinar y estimular la flexibilización de los procesos de crédito, entregar garantías adicionales y facilitar los trámites para proyectos de emprendimiento.
Esto quiere decir que se necesitan esfuerzos activos de capacitación a nuevos posibles pequeños empresarios, especialmente en aspectos de tributación, y elaboración de sostenibilidad. Uno de los aspectos relevantes es que se puedan evaluar en forma ágil y sin coste los proyectos de emprendimiento, de modo que se puedan detectar tempranamente posibles riesgos y reformular los proyectos mismos. También, el apoyo y garantías al crédito, por ejemplo de los proyectos evaluados y avalados por estas agencias; y evidentemente, un proceso de apoyo para la puesta en marcha de estos proyectos.
Estos seis meses son la oportunidad para poner en marcha procesos e institucionalidades enfocadas en reactivar el emprendimiento de pequeños y medianos empresarios. Evidentemente, esto significa un acercamiento a los ayuntamientos, que hasta el momento prácticamente no aparecen en el plan de coordinación económica del gobierno, sólo enfocado a las autonomías. Por una razón muy diáfana, si las autonomías son con quien se debe coordinar la deuda, los ayuntamientos son el lugar para estimular el crecimiento.