El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, continua “missing”. A pesar de que ya han transcurrido casi cincuenta días de su elección, el nuevo mandatario apenas si ha sido visto, excepto en el balcón de Génova la noche de las elecciones y para jurar su cargo y hacerse la foto con el rey. Pero es el nuevo presidente, ¿no?
Soraya Sáenz de Santamaría, la vicepresidenta, portavoz, secretaria, ayudanta, ministra, no da abasto con tanta comparecencia, portavocía y comunicaciones varias; aunque, claro, ella parece encantada con tanto foco y tanta contundencia; mientras su caballero andante, en el sentido más políticamente correcto de la palabra, ha desaparecido y nadie sabe cómo ha sido.
En realidad sería más propio decir que el presidente no está, al igual que tampoco estuvo durante los años en que se mantuvo al frente de la ¿oposición? Es como si Mariano Rajoy siguiera con su tónica general, esa del ya veremos, todo en su momento, sí pero no, tal vez, acaso, quizá… Sin embargo, ahora es el mayor responsable de esta nación, quien debe dirigir los designios del estado y quien debe dar la cara frente a cada una de las medidas que toma su Ejecutivo a golpe de decretazo.
Atravesamos un momento terrible y los españoles que le han votado, y los que no mucho más aún, quieren verle y oír cómo va a sacar al país adelante y qué está haciendo y por qué toma ciertas decisiones, en contra de cuanto había prometido y relacionarse con los españoles y escuchar también lo que los ciudadanos tienen que decir.
Labor del presidente es explicar, tranquilizar y empujar… No parece muy lógico, por mucho que lo diga la vicepresidenta, que Rajoy comparezca por primera vez tras la cumbre europea y no antes. Después de la cumbre tendrá que hacerlo y explicar lo que ha defendido y lo que le hayan impuesto, que de todo habrá. Pero ahora, también tiene que comparecer y dar todas las explicaciones posibles del mayor tijeretazo de la historia de nuestra democracia. ¿O es que a Rajoy y a Santamaría les parece mucho comparecer? Eso va en el sueldo, dar explicaciones y no esconderse hasta que amaine y se nos junte el hambre con la gana de comer que nos caerá de Europa. Entonces vendrá Soraya echando la culpa al mambo.
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