La economía griega no saldrá adelante con las reformas llevadas a cabo hasta el momento, bajo los auspicios del Banco Central Europeo (BCE) y la Comisión de la Unión Europea. Ni planes de saneamiento, ni recortes, ni ajustes, ni tijeretazos. Por mucho que hayan hecho los griegos, el Fondo Monetario Internacional entiende que la recaudación de impuestos y los ingresos derivados de las privatizaciones no llegan ni de lejos para esquilmar la deuda helena.
La Unión Europea y el propio FMI ya había solicitado al Gobierno griego medidas más agresivas, entre ellas la sugerente y esperanzadora medida de bajar el Salario Mínimo hasta los 500€, algo que no queremos ni pensar en cómo le habrá sentado a los millones de ciudadanos que intentan respirar en medio de un país en ruinas.
La “troika” formada por el BCE, la UE y el propio FMI debía regresar a Atenas la próxima semana para tratar con Papademos sobre el nuevo rescate, con un valor de unos 130 millones de euros, aunque para ello también se le exigía al Ejecutivo heleno la negociación con sus acreedores privados a fin de devaluar en un 50% el valor de los bonos que poseen.
El “desencanto” del FMI apunta a que intentarán atornillar más la apretada situación de los helenos, ya que el organismo entiende que la situación económica de Grecia ha empeorado en buena parte debido a la lentitud con que se están tomando las medidas para atajar la crítica situación.
Sin embargo, las medidas adoptadas y llevadas a cabo no han sido elegidas por lo ciudadanos. Muy al contrario, los organimos comunitarios y propio FMI han jugado un papel decisivo a la hora de imponer qué deberes debía hacer el Gobierno heleno. Además, al frente de los ejecutivos se prima la labor de los tecnócratas que, al parecer, tenían la panacea para salir de este desaguisado.
Ahora los resultados no son ni siquiera exigüos, es más la situación ha empeorado significativamente. Tal vez sea hora de que miremos más directamente hacia Islandia, pidamos consejos a quienes han conseguido resultados sin tanta tecnocracia y respetando mucho más la voluntad y el binestar de los ciudadanos porque, cada vez más y con cada día que pasa, Grecia somos todos.
Imagen: CDU Arouca