El mercado bursátil está constituido por todas las formas de emisión y transacción de valores y bonos. Por esta razón, se realiza privilegiadamente en las bolsas de valores. En estas bolsas se emiten valores de distintito tipo, como acciones, bonos de renta fija y variable, bonos de deuda soberana, o de valor futuro, entre los más extendidos. Además de la emisión de dichos bonos, las bolsas funcionan como mercado primario y secundario. Es decir, que en ellas, los valores emitidos salen a circulación se venden y además se revenden y negocian posteriormente, en muchas ocasiones. Se considera mercado secundario, cuando dichas operaciones se negocian con posterioridad a la emisión de los valores, por quien ha adquirido la titularidad.
El mercado secundario de valores es el que entrega mayor dinamismo a las bolsas, y por esa razón se puede observar que acciones de una empresa suben o bajan, aunque la empresa haya sido creada hace mucho tiempo, o incluso no haya emitido nuevos valores, pues los valores ya emitidos se revenden y negocian continuamente.
El parámetro más importante para la emisión de valores y también para su posterior transacción, son los estados financieros de una empresa. Pues ellos sirven como criterio, para establecer los precios de transacción inicial y también son el parámetro más importante para las fluctuaciones en las siguientes transacciones.