La patronal y los sindicatos continúan con tiranteces. Terminaron el plazo para la negociación y no llegaron a un acuerdo. El gobierno ha ampliado el plazo de espera, sin poner un límite fijo; pues esto obligaría, ya que el primer límite de tiempo no se cumplió, a cumplir el segundo límite de tiempo y las negociaciones parecen estar en punto muerto.
Con todo, ciertas declaraciones de la semana hacen suponer que la posición del gobierno en este caso no estaría tan cercana a la CEOE. La postura del gobierno parece prudente, pero tampoco sería una buena señal que Rajoy se presentara a la cumbre europea de fin de mes sin esta negociación bajo el brazo. La escena es delicada, por una parte no son convenientes los golpes de timón a los agentes sociales, pues el 2012 será un año de tensiones sociales; pero por otra parte tampoco se puede estirar la negociación indefinidamente y no conviene legislar sin los pactos sociales que dan piso político a este tipo de iniciativas.
Todo esto indica que Rajoy deberá hacer un esfuerzo activo en ayudar a acercar posiciones entre la patronal y los sindicatos y deberá hacerlo durante la próxima semana. El esfuerzo de conciliación probará los recursos negociadores del nuevo gobierno; así que es una decisión muy delicada a quién se le encomendará esta tarea. En principio escoger un nombre no resulta tan fácil.