El jefe del Ejecutivo español ha hecho por fin acto de presencia. Mariano Rajoy, que permanecía desaparecido y sin dar la cara ante los españoles, ha reaparecido hoy para conceder su primera entrevista como Presidente del Gobierno y lo ha hecho desde Moncloa y para la agencia Efe. Lo primero que hemos podido sacar en claro los ciudadanos es que quien se pasó toda su etapa de oposición reclamando acciones fundadas y no improvisadas comience su legislatura rectificando a cada dato, a cada acción, a cada fatídica medida emprendida.
Donde dije digo, digo Diego, parece ser el lema del líder de los populares y cada siete días, más o menos, las cifras le bailan. Ahora el ajuste para cumplir con los compromisos fijados con Bruselas, en torno al déficit público para 2012, se han de duplicar y la cantidad llega hasta los 40.000 millones de euros, además de adelantar que la EPA de diciembre arrojará casi cinco millones y medio de parados.
La verdad es que una no sabe si es mejor que no aparezca, porque si cada vez que Rajoy va a dar la cara lo hace para partirnosla, mejor que se quede en su guarida, cuadrando algoritmos que despejen dudas, en vez de emponzoñar cualquier atisbo de serenidad que los ciudadanos puedan estar intentando conseguir.
Difícil. Serenidad, esperanza y razocinio en momentos en los que resultaría más fácil perder la cabeza -quien la conserve en su sitio todavía- y echarse a la calle al ritmo de ¡A las barricadas!, aunque fuese en versión rapera. Porque el presidente vuelve a anunciar medidas adicionales… y eso con el dato facilitado por la Asociación de Afectados por Embargos y Subastas (AFES), cuyo estudio ha puesto de manifiesto que más de medio millón de familias perderán su casa, antes de 2015, por ejecuciones hipotecarias.
¿Ajustes? ¿Qué ajustes se le pueden pedir a ciudadanos sin pan y sin techo? Seguro que alguno se le ocurre.
Imagen: Cosas Divertidas