Oli Rehn, comisario europeo de asuntos económicos y monetarios ha salido al paso de los anuncios del gobierno español entorno a una negociación de la meta de déficit. Rehn afirma que aquello es negociable pero con cifras oficiales sobre la mesa. Y es que recién el 23 de abril el Gobierno de Rajoy tendrá la cifra oficial de déficit 2011, a las que en todo caso se han hecho aproximaciones cercanas al 8% por parte del gobierno. En cualquier caso, esta demora alienta las suspicacias de Bruselas respecto a que tales cifras tendrían cierto manejo.
El cambio de actitud de Bruselas obedece a varios criterios. En primer lugar hay cierta fractura respecto a la ortodoxia neoliberal que ha guiado las políticas hasta hoy. Por una parte la recesión se incrementa y no sólo en España, lo que muestra que será necesario invertir y que las líneas de atomización del Estado no están dando resultados, y tampoco los darán en el corto plazo. Por lo cual el inmovilismo de estímulo al crecimiento puede ser una palanca para la presión social.
Por otra parte el clima interno europeo, especialmente las elecciones en Francia, han llevado a muchos representantes y funcionarios técnicos intermedios a matizar su absoluta adhesión al plan de Berlín.