¿Cómo va lo de Grecia? Mal, muy mal. Ese “asuntillo” de la quita griega trae al mundo de cabeza, sobre todo a Europa. Un segundo rescate y hasta la aventura de tener que preparar un tercero, obliga a reflexionar. Más que nada porque las bolsas no reaccionan, al contrario. Eso de que el inversor recuperaría la confianza parece haber quedado en agua de borrajas.
Hablaba hace un par de días con una persona que acaba de regresar de pasar una temporada en el país heleno y contaba cosas espeluznantes. A pesar de lo que estamos viendo en los informativos e internet y eso que hasta hemos llegado a contemplar Atenas ardiendo, ante la furia y la impotencia de los ciudadanos griegos; esta viajera me contaba que “no os podéis hacer una idea de cómo están las cosas allí. La televisión y los medios de comunicación no están contando nada. Es terrible: hambre, violencia, miseria… parece un retrato de los primeros años de postguerra”.
Muchos estábamos convencidos de que así era, pero la noticia, a fuerza de ser confirmada… duele más. Quizá sea porque, al margen de las razones humanitarias, no podemos soslayar una posibilidad cada vez más potente. Aunque Grecia consiga que los acreedores claudiquen y condonen parte de la deuda: La realidad inmediata y el futuro a largo plazo está tan seriamente hipotecado y dañado que pasarán generaciones antes de que los griegos retomen una normalidad que les garantice la posibilidad de tener sus principales necesidades cubiertas y a salvo.
Y en ese espejo no podemos, por menos, dejar de mirarnos. El Ibex no para de crujir, por mucho que el Gobierno quiera taponar las fisuras por las que nuestra economía hace aguas, aseverando con rotundidad que están haciendo lo que hay que hacer. Esa rotundiad se queda en nada en cuanto el presidente de España afirma que no podemos cumplir el objetivo del déficit, que subirá el paro, que la economía no crecerá… que las reformas y los recortes, a corto plazo no sirven para nada.
Miremos hacia Grecia, porque si eso no funciona, los siguientes según todos los analistas serían arrastrados y la “x” está sobre España e Italia. Tal vez debamoss prestar más atención a lo que dice Mariano Rajoy y no buscar interpretaciones: las reformas y los recortes no servirán para nada.
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