Angela Merkel anda sondeando para ver si podrá colocar a su ministro de Finanzas, Wolfgang Schaeuble, como presidente del Eurogrupo, en sustitución de Jean Claude Juncker, quien finalizará mandato en junio. Si todo le sale bien a la canciller, cada vez estamos más en manos de Alemania, que ha conseguido presentarse como el paradigma de modelo económico en medio de una Europa azotada por la crisis económica y asolada por el desempleo, dos de los terribles jinetes del apocalipsis europeo.
Es el culto al milagro alemán, un prodigio que sin embargo oculta deliberadamente el lado más oscuro de un imperio que se consolida a cambio de la miseria de millones de personas y no nos referimos a la terrible situación que intentan afrontar los países periféricos, el calvario de Grecia, los recortes de España… hablamos del sacrificio de sus propios ciudadanos, de miles de trabajadores alemanes que viven unas condiciones laborales de semiesclavitud en el país de El Dorado de Europa.
El 25% de los trabajores de Alemania cobran menos de 9,15€ brutos por hora, según el estudio del Instituto para el Trabajo y la Cualificación de la universidad de Duisburg-Essen, una de las diez universidades más grandes del país germano. Además, el estudio deja claro que el salario medio en Alemania se sitúa en menos de 14€ brutos la hora.
Por si los datos son poco elocuentes para contrastar con las bajas tasas de paro con el gobierno de la canciller, Duisburg-Essen también señala que casi 1,5 millones de empleados alemanes no llega ni siquiera a los 5€ la hora y que casi 8 millones de ciudadanos, en su mayoría mujeres, tienen un minijobs, cuya hora de trabajo se paga a 50 céntimos.
¿Es ese el milagro que queremos para España?
Imagen: Taringa