Por el momento se han hecho una serie de recortes al presupuesto del Estado que comenzaron en la administración Zapatero. El gobierno de Rajoy ha incrementado esos recortes y además se requiere una serie de otros recortes. Es necesario admitir que esto es necesario por el equilibrio del presupuesto fiscal y por los problemas de deuda. Sin embargo, es necesario también acompañar estos recortes con una dirección adecuada y con medidas complementarias.
En primer lugar, sólo recortar es un tercio del camino. El segundo tercio es apostar a subir los ingresos, lo cual no se da de manera natural en contextos de recesión, es decir, se impone una reforma tributaria que grave las grandes fortunas y las contabilidades inmóviles; pues muchas empresas españolas están reforzando sus contabilidades con procesos de acumulación cuantiosa a costa e inversión, también es necesario reforzar el combate a la evasión; pues hay una buena parte de economía sumergida actualmente en España. El tercer tercio consiste en hacer más eficientes los recursos del Estado, eliminando duplicidades de funciones y generando sistemas de aprovechamiento de flujos y procedimientos en los organismos públicos y administraciones.
Por otra parte, hay dos formas antagónicas de realizar recortes. La primera es atomización del Estado, empequeñecer y eliminar. La segunda es el camino de modernización del Estado, en el que España tiene tremendos desafíos, pues mantiene formas de gestión estatal que en algunos casos no han sido rediseñadas en décadas.