15M: Enemigo Público Nº1

No, no ha llovido mucho desde aquel primer 15M. Apenas un año de vida y ya anda perseguido, denostado, atacado, vapuleado, ultrajado, vilependiado… Junto a los sindicatos, el movimiento se ha convertido en el enemigo público nº 1 de un Gobierno que ve en la oposición ciudadana su mayor obstáculo.

Los indignados salieron a la calle hace un año para plantar cara a la barbarie a la que estaban asistiendo en vivo y en directo. Hoy el modus operandi de la economía mundial y muy particularmente la de políticos neoliberales como los que están al frente de España, continúa siendo el mismo.

Pero el 15M debe recordar una y otra vez quiénes son, quiénes somos. El mayor peligro que corre este movimiento cargado de indignación, que está siendo sometido a una exhaustiva campaña de acoso y derribo, es creerse las mentiras y dar por sentadas las argucias que contra él se traman a diario desde Moncloa, ministerios, bancos, periódicos, televisiones, multinacionales, gobiernos extranacionales, organismos europeos…

Por primera vez en décadas y décadas, los españoles han plantado cara y se han convertido en Historia. Hemos dado mucha importancia a la Primavera Árabe, a la caída del Muro de Berlín, a Tian’anmen, al Mayo del 68, a la Revolución de los Claveles, a nuestra propia II República… Todo fue importante, sin duda. Pero hoy los protagonistas somos los millones de españoles que hemos sembrado la semilla de la protesta ciudadana mundial, esa que se revela contra la forma más primitiva de barbarie económica, de tiranía del dinero, de totalitarismo bárbaro y brutal que pisotea a los ciudadanos que se atreven a quejarse como si fueran hijos bastardos de una madre patria convertida en madrastrona por los más patrioteros.

Hoy la historia la escriben millones de españoles que prendieron la mecha hace un año, tal día como hoy. Para bien y para mal somos el 15M, tanto los que participamos en Asambleas Callejeras como los que no lo hacemos; los que somos detenidos por protestar pacíficamente y los que somos detenidos por cruzar la calle al venir de copas o al terminar del trabajo; los que somos radicales de izquierdas y los que lo somos menos… Porque de nuevo, en España, esos que protestamos volvemos a ser ‘rojos’ desestabilizadores, con soporte económico detrás, que intentan dinamitar la estabilidad que pretenden personas tan dignas como Rodrigo Rato, Iñaki Urdangarín, Emilio Botín, Esperanza Aguirre, Camps, Cospedal…

En este panorama los agitadores son los ciudadanos. Efectivamente, lo somos. Agitadores que pretenden no sólo agitar conciencias, también mover de los sillones a quienes siguen ahí después de habernos llevado a la ruina, después de habernos robado. Ah y no podemos permitir que cale el mensaje de que somos unos ‘terroristas’ y pelearnos entre nosotros, porque eso es lo que siempre servirá para desmantelar una protesta unánime: dinamitarla y reventarla en pedacitos, discordantes y sin cohesión. El otro enemigo es el miedo. Menos miedo y más dignidad. A muchos españoles es lo único que les queda. ¡Feliz 15M!

Imagen: Movimiento 15M