Juan Carlos I ha evitado hacerse la foto con Carlos Dívar. El monarca ha aprovechado la coyuntura y ha decidido dar plantón al aún presidente del Consejo General del Poder Judicial, quien había buscado de todas las maneras posibles presidir junto al rey los actos del Bicentenario del Tribunal Supremo, a pesar de las pruebas que empiezan a amontonarse en su contra, con respecto a las escapadas marbellíes del juez.
La Casa del Rey ha decidido enviar a Felipe de Borbón al acto, mientras su padre se marcha a Arabia Saudí para expresar sus condolencias por la muerte del príncipe heredero.
Carlos Dívar, presidente también del alto tribunal, ha sido cuestionado con contundencia durante las últimas semanas, a raíz de que un vocal del CGPJ planteara una denuncia ante el Fiscal General, para que investigara los viajes que el juez, de estrecha moral, realizaba a Marbella, supuestamente en compañía del jefe de su escolta.
A pesar de que no paran de salir a la luz datos que contradicen las versiones del juez, para justificar gastos presuntamente inapropiados y lo que se ha dado en llamar ‘fines de semanas caribeños’, parece imponerse la tendencia a ofrecer a Carlos Dívar una salida honorable de un ‘affair’ que, de haberse producido en otro tipo de persona, podría haber sido condenada por un presidente del Tribunal Supremo tan apegado a la moralidad católica que acudía a misa en coche oficial, al igual que cuando decidía pasar un rato en la playa.
Dívar aceptó dimitir del CGPJ con posterioridad al acto de mañana, por lo que presumiblemente el cuestionado juez buscaba otra foto para su colección, sin que le hagan mella las acusaciones de supuesta corrupción.
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