Mucho se ha hablado estos días del papel de España en el Eurogrupo. En realidad han sido los líderes del PP, con Mª Dolores de Cospedal a la cabeza, quienes han alabado hasta el paroxismo la foto de Rajoy junto a Angela Merkel, François Hollande y Mario Monti, durante la pasada Cumbre de Roma.
Para la Secretaria General del PP, España ha vuelto a ocupar el papel que tenía en el panorama internacional. Claro que esa afirmación sólo ha sido secundada con rotundidad por periodistas y medios de comunicación fieles seguidores del régimen encarnado en la persona de la también presidenta de la Junta de Castilla-La Mancha, quien ha sido nombrada por el propio Wall Street Journal como ‘cruzada de la austeridad’, mientras seis policías se encargan de la seguridad de su chalet de 600 m2. habitables y 12.000 de terreno, valorado en 2,3 millones de euros y, otros cinco polícias, se encargan de su seguridad personal.
Pero volvamos al tema que nos ocupa: el papel -o papelón- de España en el Eurogrupo. Es cierto, hemos de reconocerlo, que Mariano Rajoy ha conseguido su foto junto a los máximos mandatarios de Europa, Merkel y Hollande. De hecho el hombre, que en muchas fotos es el único que se ríe a mandíbula descolgada, se le ve posando y feliz como una perdiz.
Pero lo que no se han preocupado en transmitir a la ciudadanía es lo que la verdad esconde detrás de esa fotografía. Alemania y Francia llamaban a filas a España e Italia, ante los graves problemas que presentan las dos economías para la estabilidad europea y mundial.
Con una prima de riesgo española que se acercaba desbocada a los 600 puntos y la noticia de que Italia y España iban a ser rescatadas conjuntamente, la realidad distaba mucho del humo que nos intentaban vender, tratando la minicumbre de Roma como una reunión de superpotencias de Europa.
Está claro cuál es el papel de España, por ahora, en el panorama internacional y no es otro que el de un país azotado por la crisis, humillado por Alemania, desacreditado ante el mundo y que de nuevo ha sido llamado por la U.E. para intentar gobernarnos desde fuera y poner orden en las cuentas.
Imagen: Actibva