Con motivo del rescate del sistema financiero español se habla mucho estos días sobre el FROB y ahí es precisamente donde se pone todo el peso de los argumentos en contra del razonamiento del Gobierno Rajoy, que defendiende el ‘no-rescate’ en favor de disquisiciones dialécticas que acaban en un ‘crédito’ en buenas condiciones, como lo denomina el presidente de España.
Para el Ejecutivo el dinero que llega de Europa y que servirá para tapar los insondables agujeros de la banca española, ha sido concedido a los bancos y serán ellos los encargados de devolverlo, sin la intervención del Estado más que como una especie de mediador entre los organismos de la U.E. y la banca.
Sin embargo ese dinero llegará directamente al FROB, razón por la que los opositores a las tesis gubernamentales aseguran que el rescate pasará a la entidad que será la encargada de distribuirlos a través del sistema financiero. ¿Por qué esta corriente afirma que esa es razón suficiente para asegurar que el dinero ha sido entregado al Estado como garante?
La respuesta es simple. El FROB, siglas de Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, es un organismo estatal que se creó precisamente como mecanismo para la reestructuración de las entidades de crédito tras la debacle de la crisis financiera de 2008, reforzar los recursos bancarios y facilitar la unificación de distintas entidades.
La inmensa mayoría del capital del FROB procede de los Presupuestos Generales del Estado, en concreto un 75% de su efectivo, y su creación responde a un Plan de Activación de la Eurozona como medida de rescate de los países miembros frente a la crisis financiera. Así el Fondo de Reestructuración Bancaria se nutre de aquellos impuestos y los recortes de los que tantos nos lamentamos.
Imagen: Cáncer Capitalista