Por supuesto que hemos llegado a un punto en que las medidas adoptadas por el Gobierno, de dañinas y empecinadas, han pasado a ser incluso ridículas y miserables, hasta el punto más esperpéntico. Si Valle Inclán levantara la cabeza, la ceguera de Max Estrella y la locura desesperada del protagonista de Luces de Bohemia serían sólo una simple ficción, que en nada puede hoy superar la desgraciada y absurda realidad de una España que se ha superado para peor.
Cospedal ‘mata’ de sed a los enfermos de Castilla-La Mancha, les retira los botellines de agua de las comidas y los manda a beber a las garrafas de los pasillos… el que pueda moverse, que si tienes una pierna colgada, te jorobas y tiras de saliva.
En Cataluña han decidido ahorrar ‘castigando’ sin merienda a los presos, en una desquiciada decisión que deja a los reos catalanes sin el pan con nocilla, para intentar economizar dos millones de euros, que estos ‘condenados’ le dan mucho a la merendola.
Y digo yo, no sería mejor que la secretaria general del PP y presidenta del Gobierno castellano-manchego, renunciara a algunos de los policías que mantiene como escoltas. Recordemos que la austera señora, entre escoltas que vigilan su casa toledana de más de dos millones de euros y los que guardan sus espaldas de devota penitente, tiene a su servicio a 11 personas.
Y en el caso de los presos… se me ocurre que, entre malayos, trajeados presidentes de Generalitats, consortes de infantas de España, tonadilleras guadalpineras, rumbosos representantes del Poder Judicial, banqueros del PP y un largo etcétera, condenándoles a devolver lo que pudieron tomar ‘prestado’ y a pagar por las ‘inconveniencias’ producidas y también castigándolos sin merienda, sin cena, sin almuerzo y hasta sin agua… ¿no creen que podríamos reducir en un pico ese déficit tan enfermito?
Imagen: Los Genoveses, SA