La subasta del Tesoro no ha conseguido retener la prima de riesgo, que a estas horas y a pesar de la demanda de los bonos españoles, se ha desbocado y campa a sus anchas por encima de los 580 puntos, acercándose descontrolada al límite de los 600, una situación que colocaría a España en una posición nada deseable.
La subasta ha colocado poco menos de los 3.000 millones de deuda que se pretendían al principio de la mañana, pero ha tenido que subir el interés, una cuestión que no está beneficiando en nada a la economía española, que se está financiando a precios que no se puede permitir y que nos endeudan hasta las cejas, en una coyuntura en la que en nuestro país ya no queda espacio para este tipo de concesiones.
En el mercado secundario, el bono español a diez años también se ha mantenido firme en su interés, a pocas décimas por encima del 7%; algo que lejos de relajar la prima de riesgo, la ha situado en los 581 puntos en referencia con el bono alemán.
Por más que el Tesoro intenta convencer a los mercados, estos se resisten a confiar, a pesar de los psicopáticos recortes y las bestiales reformas emprendidas y que empobrecen a ritmo desorbitado la calidad de vida de los españoles.
Invertir en España no parece resultar atractivo y perseguir el modelo económico alemán tampoco parece que esté resultando nada rentable para el agotado Gobierno español, empecinado en seguir los dictados de sus ‘socios’ del norte, a pesar de las secuelas que ello está provocando a la imagen del país y a la vida de sus ciudadanos, en una escalada de miseria que ya va más allá de Grecia.