Quedan tres semanas para que se haga realidad el «banco malo» y al Ministerio de Economía que dirige Luis de Guindos le queda mucho trabajo por delante para que todo esté acabado para entonces.
Uno de los temas más importantes a cerrar es el de quién va a gestionar esta entidad a partir de noviembre, que es cuando estará ya en pleno funcionamiento, porque aunque el FROB tenga algo menos del 50 por ciento de participación, se dice que se va a mantener al margen de su gestión.
Hasta ahora se sabe que el FROB quiere que sea la consultora americana Álvarez & Marsal la que ponga en funcionamiento a esta entidad. Para ello, este mes tienen que presentar un documento estratégico sobre la operatividad del «banco malo», pues aun está en duda. Apoyando este trabajo estarán el banco de inversión Nomura, la auditora PwC, y el despacho de abogados Cuatrecasas.
Esta medida es una exigencia de Bruselas para tener acceso al crédito al sector financiero de hasta 100.000 millones. Se trata de apartar los activos dañados para mejorar sus balances y conseguir que fluya el crédito con normalidad.
En este mes además, se tienen que definir los siguientes aspectos de manos de la Comisión Europea, el BCE y el FMI:
- Qué activos se traspasarán a la sociedad.
- Cuál será su valor económico.
- Cómo se articulará la transferencia de los activos dañados entre las entidades y el «banco malo».
Ya el año pasado se cerró el ejercicio con 184.000 millones en activos problemáticos ligados a la construcción, a los que habría que sumarle los créditos al consumo. Dentro del banco malo, estos activos deberían liquidarse en el plazo de diez años.
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