A estas alturas de la película, todo lo que contemos sobre la manipulación que el Gobierno alemán está llevando a cabo, impunemente respaldado por las grandes economías, los Gobiernos de los estados de la Unión Europea y la banca internacional, se queda corto. Si alguien dudaba sobre la advertencia de que Angela Merkel está especulando con la supervivencia del euro y las economías de los países periféricos, no tiene más que mirar los números que marcan hoy el Ibex y la prima de riesgo.
La alegría que ambos indicadores habían mostrado durante días pasados, debido simplemente a la cercanía del rescate sobre España, no nos engañemos, se ha quedado hoy en agua de borrajas en cuanto el Bundesbank ha marcado el paso advirtiendo al BCE del peligro que supone la compra de bonos procedentes de algunos países de la zona euro.
Ese alarde de solidaridad germánica, por otro lado tan típico y tópico según nos señala la propia historia mundial, ha sido suficiente para que el incipiente “pasito p’alante” que habían dado los inversores, se haya convertido en un “pasito p’atrás”, aunque sin un ápice del gracejo latino de Ricky Martin, que este baile de cifras no apasiona a nadie… a nadie que no sea de la cuerda de Merkel.
Lo absurdo de todo esto es que el Gobierno español ahora se las está viendo y deseando para que el resto del mundo crea en su palabra, porque después de llevarse tanto tiempo bailándole el agua a la canciller, ahora quieren resultados rápidos defendiendo la tesis contraria. Bueno, también está la otra forma de arreglar los problemas, la de nuestro presidente Mariano Rajoy, más apegado a lo que se decía del estilo franquista y las dos carpetas del dictador, una para los problemas que el tiempo ha solucionado y otra para la de los problemas que el tiempo solucionará. La primera aún está vacía.
Imagen: Gloriabendita