Hoy confiesa su Gobierno que pedirá más prórroga. De hecho van a solicitar ampliar el plazo para llevar a cabo los ajustes por dos años más. Es decir, que piden que se les permita resollar por lo menos hasta 2016, antes de poner en marcha los recortes de más que les exige Europa y el FMI y que ya no son capaces de asumir.
Samaras, el primer ministro, quiere convencer a Merkel la próxima semana; aunque los de la valkiria alemana no serán los mejores oídos para los griegos y, de serlo, eso siempre lleva aparejado nuevos deberes que acaban empeorando el desastre.
Al parecer, las propuestas del Gobierno griego irían muy en la línea de las que planteara la coalición Syriza antes de las elecciones y que la Europa dirigida por la canciller alemana doblegó con una titánica campaña que sembraba el terror más absurdo hacia la izquierda.
Nunca se sabe qué piensa la cabeza de Angela Merkel, aunque hemos constatado que todo lo que se saca de la manga derrota aún más a los europeos. Pero, algo sí es absolutamente irrefutable, Grecia necesita oxígeno. Los griegos están en las últimas boqueadas de una agonía lenta, inhumana y atroz y con la que no dan más de sí.
Imagen: Allvoices