Por si alguien pensaba que la situación de España había cambiado en algo… llega Draghi y nos recoloca a cada uno en nuestro sitio en el mapa de la Unión Europea, por si cabía duda de cuál era. El presidente del BCE ha vuelto a confirmar lo que muchos ya pensaban, que no es más que otro vocero del nuevo Reich alemán.
Angela Merkel no cede y por ello, España e Italia seguirán pagando intereses a lo bestia, hasta un 7%, mientras la Gran Hermana europea sólo tendrá que devolver el dinero al 1%. El empeño de la canciller alemana, y de los títeres a los que maneja en instituciones como el BCE o el FMI, por arrasar Europa se encona de nuevo en las economías española e italiana y después de arrasar Grecia, amenaza con asolar las tierras de ambos países como si de Atila se tratase.
Draghi ha aparecido ante los medios, timorato y apocado, como un ridículo ‘Pocoyo’ de setenta años, al que la severa y odiosa institutriz exige inflexibilidad e intransigencia. Aquel sueño de hace unos días, que permitía respirar al Ibex y la prima de riesgo, ha quedado solo en un almuerzo conjunto de Monti y Rajoy, comiendo lubina en el Palacio de la Moncloa. ¡Qué cañí!
Compuestos y sin novias, los dos mandatarios se han quedado de piedra ante la actitud del presidente del BCE, cuyas medidas extraordinarias para salvar el euro se han quedado en mantener los tipos de interés al 0,75%. Acto seguido, nuestro Ibex se ha derrumbado y la prima de riesgo ha vuelto a rozar los 600 puntos.
Por supuesto, Mariano Rajoy ha vuelto a mostrar su gallardía y el compromiso con sus ciudadanos, afirmando en la rueda de prensa posterior que el seguirá con las reformas aunque no le guste a nadie.
Imagen: El País