Todo vale más: el material escolar, la peluquería, el cine, una docena de huevos, unos zapatos, un utilitario, el litro de leche, el metro, un taxi, las medicinas… Sí, porque a la ofensiva que Rajoy está lanzando contra los ciudadanos, se une el repago de los medicamentos y, como no, la deshonrosa decisión de desamparar a los enfermos sin papeles.
¿Qué esperaban quienes daban su voto de confianza a un partido neoliberal que representa el más rancio referente de la derecha recalcitrante y cicatera, heredera de los principios del movimiento franquista? Alea iacta est, que diría Menandro por boca de Julio César. Pero la suerte estará echada mientras la ciudadanía quiera. Porque, aún a riesgo de ser considerada una terrorista, la rebeldía es a veces el camino más sensato contra el horror sembrado por un gobernante.
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