Pastas Gallo cierra su planta de Barcelona y despide a todos sus trabajadores, Iberia podría estar preparando un ERE que afectaría a 6.000 empleados, los principales grupos mediáticos del país despiden a parte de la plantilla de las cabeceras más notorias de la información española, Michelin quiere prorrogar el ERE de sus plantas españolas… son solo algunas de las noticias sobre el panorama empresarial y las bonanzas que nos ha regalado la Reforma Laboral, en una España donde el modelo de empresa es Inditex.
El sello de Amancio Ortega pulverizaba la semana pasada el techo de los 100€ por acción, covirtiéndose en la empresa más valiosa del Ibex 35 y acusada por importantes organizaciones de beneficiarse del trabajo de talleres con mano de obra esclava y de que el algodón que utiliza para la elaboración de sus prendas sea recolectado por niños.
Tan hermoso referente se une a otra noticia, extravagante y esperada, sobre la economía alemana, que ha experimentado un superavit de casi de un 41% durante el mes de agosto, en un momento en que el euro está a punto de envenenado caramelo duro y que el más ligero martillazo podría dar al traste con eso de la Unión Bancaria, Unión Económica, Unión Europea…
La economía de Merkel hace su agosto, nunca mejor dicho, gracias a las exportaciones de los productos Made in Germany; y es que la ‘locomotora’ de Europa ya solo tira de su propio vagón, aprovechándose de la debilidad del euro para sus propios negocios.
En esta Unión Europea del siglo XXI, reinventada en fórmulas más propias del siglo XVIII, la explotación y el imperialismo son la marca del progreso. ¿Para qué vamos a intentar perdernos en diatribas intelectuales sobre el por qué del comportamiento de nuestros políticos, los mercados o las herencias recibidas? Economía pura y dura, primera lección.
Imagen: Historia Cultural