Esta semana hemos tenido los presupuestos más sociales de la democracia; el rey ve las cosas feas desde dentro, pero desde fuera de España las ve de maravilla con los frutos que dan las reformas de Rajoy; Amancio Ortega dona 20 millones de euros a Cáritas; los alcaldes del PP editan un vídeo glosando las bondades de Cataluña; Gallardón pone ‘ventanilla’ a los niños robados; y Rajoy afirma que 2013 será mejor que este año y que dentro de poco saldremos de la crisis.
¡Qué lástima! Apenas si nos ha faltado aquello de ‘España va bien’ y los miles de manifestantes que han salido hoy a la calle a protestar contra la política económica del Gobierno, los yayoflautas que han ocupado bancos esta mañana, los policías que han dicho no a los recortes, los educadores de Cataluña en pie de guerra por las calles, el 25% de parados y ese largo etcétera de desesperados españoles, nos hubiéramos difuminado hasta desaparecer, como el humo de los puros que se fuma el presidente del Gobierno, mientras los ciudadanos desesperados se le suicidan.
Si juntamos el montón de noticias buenas que teníamos hoy, las palabras optimistas de los miembros del Gobierno durante esta semana, las ‘generosas’ dádivas de los españoles más millonarios del mundo, la ‘catalanización’ de alcaldes peperos como Ana Botella… solo nos queda deducir que ha llegado la hora de parir la abuela, porque eso es lo único que falta.
Ahora bien, si tenemos que dejarnos llevar por la política de hechos consumados, lo cierto es que cada vez que el presidente del Gobierno ha afirmado algo, desde su llegada a Moncloa, ha hecho todo lo contrario: Subida del IVA, congelación de sueldos, medicamentazo, recortes en Educación y Sanidad, despido de funcionarios… La abuela ya puede parir quintillizos, que de esta no salimos pronto y menos con Mariano Rajoy como presidente del Gobierno.
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