Los portugueses se mueren de hambre. Ni el mismísimo Viriato seía capaz hoy en día de espantar a los secuaces de la Troika y no se sabe si habría acabado siendo un agente de la seguridad lusa, que replegase a hostia limpia a sus congéneres, intentando quitarles las ganas de huelgas y manifestaciones.
Los españoles se mueren de hambre y hoy en día, Colón sería un emigrante que habría salido rumbo a América para ver si encontraba trabajo en Argentina o en Venezula; porque España es un país con una cuarta parte de la población en el paro y una ‘milicia urbana’, disfrazada de policía, que a las órdenes de un señor más esquivo que el jefe de Los Ángeles de Charlie, abolla la Constitución con cada carga con la que embiste a los ciudadanos disconformes.
Alemania… Alemania tiene a muchos inmigrantes y bastantes alemanes pasando hambre, pero eso no se cuenta. Sigue un rumbo parecido al que siguió en los tres reich anteriores, sintiéndose el ombligo de Europa y llevando a la ruina a todos sus ‘socios’. Eso sí, está haciendo unas migas estupendas con Noruega… ¡qué lindo!
Los europeos pobres se suicidan, mientras los europeos ricos les pisan el cuello. Europa está a punto de estallar en mil pedacitos y Suecia… Suecia, en un gesto no sabemos si irónico, estratégico o de pura burla, ha pensado que la Unión Europea es la que merece este año el Premio Nobel de la Paz… solo falta que lo entreguen en Alepo.
Imagen: Presseurop