Las entidades financieras que reciban la ayuda del fondo europeo de rescate van a disponer de un tiempo límite de 5 años para desarrollar un completo programa de restructuración, todavía no aprobado por la Dirección General de Competencia de la Comisión Europea.
Este miércoles se va a aprobar dicho programa, pero también la inyección de 2.800 millones de euros en los fondos del FROB para que se haga efectiva su participación en la gestión del banco malo o Sareb. Al respecto, Luis de Guindos, ministro de Economía, ha declarado que no se van a producir sorpresas y que el dinero que se va a utilizar en los bancos ya nacionalizados -Bankia, Novagalicia, Banco de Valencia y CatalunyaCaixa- rondará “en torno a los 37.000 millones de euros”.
“Aparte tendremos después una inyección de capital para los bancos que no están dentro de este grupo, pero en total la ayuda estará en torno a los 40.000 millones, que es lo que hemos dicho siempre y que representa algo más del 3,5% del PIB“, ha señalado el ministro.
Lo que tendrán que hacer las entidades una vez aprobado el plan de restructuración, con el fin de adecuarse a lo exigido por Bruselas, es reducir la plantilla y vender los activos no estratégicos y de sucursales.
De Guindos ha hecho estas declaraciones antes de la reunión que va a mantener el Eurogrupo para intentar llegar a un acuerdo y desbloquear la ayuda a Grecia antes de que caigan en una situación de impago que no tenga vuelta atrás.
“Entre los países de la zona euro no hay muchas divergencias”, ha reconocido el ministro, quien confía en “generar confianza” y “lanzar el mensaje de claro apoyo a que Grecia siga siendo miembro de pleno derecho del euro”.