Viendo las espantosas cifras de paro, no sólo en España, sino en la Comunidad Europea en general, el pleno de la Eurocámara acaba de reclamar a los ministros de Empleo de los Veintisiete que se tomen las medidas oportunas para, a partir del mes de febrero, poner en marcha un mecanismo que garantice que todos los jóvenes europeos tengan oportunidad de trabajar, estudiar o realizar prácticas en un plazo máximo de cuatro meses una vez se han quedado parados.
Esta resolución se ha visto aprobada por 546 votos a favor, 96 en contra y 28 abstenciones. Además, los parlamentarios han solicitado también a la Comisión que ayude en la financiación de este tipo de programas en todos los Estados miembros con problemas económicos.
Según ha asegurado la presidenta de la comisión de Empleo del Parlamento, Berès Pervenche, durante el debate, “nuestro objetivo no es forzar la creación de empleo, sino poner en marcha un instrumento para dar a los jóvenes una oportunidad y evitar una generación perdida”.
Ahora queda esperar la respuesta, que esperemos no sea tan ‘negativa’ como en el caso de los programas de crecimiento para la ayuda a los países en crisis. Efectivamente no es plausible la opción de crear una generación perdida de jóvenes que en un futuro, si seguimos por este camino, no tendrán ni educación, ni preparación ni posibilidad alguna de optar a un trabajo digno.
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