Hoy andan los ministerios revueltos y gozosos. Tras mucho tiempo con cifras de luto, el ministro Montoro se despachaba a gusto por las medidas adoptadas por el Gobierno del PP y daba rienda suelta en Sevilla a su calenturienta imaginación. El hombre veía ya, no brotes verdes, palmeras caribeñas gigantescas, un soberano vergel de florituras resultado de las políticas de ajuste y una señal divina de que, en época de recesión económica, España ya comienza a ir bien.
A este hombre se le olvidaba mencionar, por ejemplo, al pobre ciudadano de Málaga que ayer se pegaba fuego a lo bonzo porque no tenía para dar de comer a sus hijos o al vecino de Vélez-Málaga que, poco menos de 24 horas después, se ha quemado dentro de su coche.
Pero las palabras de Montoro y la actitud del ministro de Hacienda eran incluso superadas por el alborozado estado de la secretaria de Estado de Empleo, Engracia Hidalgo. A la mujer, los 59.000 parados menos de diciembre le han sabido a gloria neoliberal, producto de una juiciosa reforma laboral.
La señora ha decidido omitir que casi todos esos empleos del sector servicios, se irán al garete tras las fechas navideñas; que durante el año en que la maldición maya nos dejó a Rajoy, se destruyeron 2.000 puestos de trabajo al día… ¡¡al día!!; que desde la implantación de la draconiana reforma laboral del actual régimen, se han registrado 136.000 parados más; y que la Seguridad Social perdió casi 800.000 afiliados durante el año del fin del mundo.
Está claro que, si los mayas no pudieron con la Tierra, dejaron a unos cuantos ‘Rajoy’ por el mundo capaces de fundir el universo. Por supuesto, Montoro e Hidalgo no piensan como yo. Veremos si España resiste 2013.
Imagen: La información