François Hollande, presidente de la república francesa, ha pedido, ante el parlamento europeo, que la economía de la Unión se centre menos en la austeridad de sus cuentas y admita una flexibilización de los objetivos de déficit público, a la vista de que la recesión es un hecho en la zona euro.
Para Hollande, que Europa se recupere económicamente “pasa necesariamente por el desendeudamiento y la mejora de la competitividad. Pero esa política, por muy necesaria que sea, debe adaptarse a las situaciones nacionales y aplicarse con cabeza a lo largo del tiempo. Si no, condenamos a Europa a una austeridad sin fin, que Francia rechaza”.
Desde Paris se ve difícil poder cumplir en 2013 el 3% del déficit pactado con Bruselas, además del hecho de sufrir un estancamiento económico desde hace varios trimestres que amenaza seriamente con una recesión. Por eso Hollande cree que este tema debe ser un aspecto que vaya más allá de la situación francesa para ser una cuestión comunitaria, ya que “Francia ha adoptado sus compromisos y los mantendrá. Pero al mismo tiempo, debemos, de forma colectiva y constante, ajustar nuestros objetivos a la realidad de la coyuntura”.
Desde la Comisión Europea se quiere esperar al 22 de febrero, cuando se conozcan las primeras previsiones macroeconómicas comunitarias, para acordar un aumento de plazo en el cumplimiento del déficit en las economías italiana, holandesa, española y francesa.
Pero todo este cambio de planteamiento, apostando más por las políticas de crecimiento que por la austeridad a ultranza pasa por una modificación en la conducta del ejecutivo alemán de Angela Merkel, defensora pertinaz de la teoría de que cualquier mejora en las economías nacionales europeas pasa por reducir gastos lo máximo posible.