La economía de nuestro país terminó 2012 en una situación peor que al comienzo del año. El Instituto Nacional de Estadística ha publicado hoy que nuestro Producto Interior Bruto (PIB), se contrajo, con los datos del último trimestre del año, un 1,9% en términos interanuales el año pasado.
Este dato empeora cualquier otro similar desde el comienzo de la crisis económica. Todas las estadísticas que se analicen reflejan datos negativos e incluso nuestras exportaciones, sector que estaba mejorando sus cifras, ha frenado esa tendencia, por lo que el balance general, en el conjunto del 2012 es de un descenso del 1,4% en nuestro PIB.
El consumo de las familias españolas se vió reducido, en los últimos tres meses del año, en un 3%, comparando datos del mismo periodo de 2011, y si revisamos datos más reciente, del verano de 2012, esa reducción es del 1,9%. Las familias tienen menos dinero para gastar, por las congelaciones o reducciones en los sueldos en muchas empresas privadas y la suspensión de la paga de Navidad en el caso de los empleados públicos.
Al mismo tiempo, las empresas no pueden invertir por no tener liquidez. El descenso en este sentido ha sido del 10,3% en relación a 2011, siendo especialmente grave en el caso de la compra de bienes de equipo, que sirven para ampliar la capacidad de la empresa. Pues bien, la compra de este tipo de bienes ha bajado aun más que la construcción, ya que las empresas no se fían de una mejora de la coyuntura económica de país o no pueden acceder al crédito que en otros tiempos proporcionaba el sector financiero.
Para más inri, e incidiendo en la idea generalizada por la sociedad de que la crisis no es igual para todos, los sueldos bajaron, en 2012 una media del 8,5%, mientras que los beneficios empresariales mejoraron sus cifras un 1,4%.