Ayer, entre mala noticia y mala noticia, fuimos testigos de otro mazamos más. En esta ocasión relacionado con la investigación en España. Y no es para menos, porque la Fundación Europea de la Ciencia (ESF) ha suspendido todo tipo de ayudas a investigadores españoles dados los impagos del CSIC y el Ministerio de Economía y Competitividad.
Analizando el blog del biólogo del Centro Nacional de Biotecnología de Madrid, Saúl Ares, podemos ver la respuesta recibida por parte de la ESF cuando éste solicitó ayuda económica para la organización de una reunión científica:
“Debido a los impagos de las instituciones españolas, sentimos informarle que la ESF no tiene otra opción que suspender temporalmente sus ayudas a los investigadores españoles. […] Todas las actividades previstas a partir del 30 de Junio de 2013 (becas de intercambio, visitas y reuniones científicas organizadas en ciudades españolas) quedan suspendidas hasta que se resuelva este asunto”.
Y si seguimos investigando, nos damos de bruces con lo publicado en la revista Science, que nos recuerda que esto no es la primera vez que sucede ya que el Gobierno incumple, más a menudo de lo que pensamos, sus compromisos con instituciones científicas internaciones. Concretamente, este país pagó con más de un año de retraso la contribución al CERN y ya va camino del tercer año sin abonar lo correspondiente a la Unión Matemática Internacional.
Ante este terrible panorama, me pregunto, ¿con qué cara los científicos españoles han de explicarles a sus colegas extranjeros que no pueden seguir con lo planificado? Después de esto, ¿volverán a querer trabajar con ellos en nuevos proyectos? Bajo estas condiciones, no es de extrañar que estemos sufriendo una de las mayores fugas de cerebros en estos momentos.
Imagen: sciencemag