En los últimos días han sido muchos los políticos y los círculos financieros los que han sugerido que Chipre saldría de la eurozona y también se han llegado a plantear las negativas consecuencias de este hecho, como la devaluación de su moneda o un sistema bancario en bancarrota. Sin embargo, el presidente de país, Nikos Anastasiadis, ha rechazado esta posibilidad en la conferencia anual del sindicato de empleados públicos, diciendo que “en ningún caso se va a experimentar con el futuro de nuestro país”.
El paso siguiente para él es el trabajo de acometer todas las reformas que hagan falta para reducir considerablemente el gasto público, aunque también quiso insistir en que esas medidas futuras no quieren decir que se vaya a reducir el salario de los trabajadores. Anastasiadis ha asegurado que, cuando se hizo cargo de la presidencia del país, ya sabía que se encontraba ante una situación muy dura, con “un Estado en bancarrota” y que desde entonces se ha luchado para garantizar la subsistencia de la economía.
Entre las próximas actuaciones del gobierno chipriota está la de liquidar el Banco Popular (Laiki) pues desde hace más de 9 meses se sabía que no era viable porque tenía una deuda que ya alcanzaba los 11 millones de euros. La decisión se tenía que haber tomado mucho antes, pero se ha esperado a formar nuevo gobierno.
De esta manera, con el acuerdo firmado con la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional), se quiere responder a los que piensan que se están buscando soluciones fuera de la misma y de la eurozona.
Por su parte, el presidente del Parlamento, el socialdemócrata Yannakis Omiru, piensa que la troika no debe encadenar a Chipre y que no debería haber ninguna duda ante la disyuntiva de permitir condiciones degradantes para el país o de buscar soluciones alternativas para el problema. Con este planteamiento, no cabe duda de la posición de Omiru ante tal situación y hay que destacar que en estos últimos días ha lanzado varios ataques al acuerdo llegado con el Eurogrupo, basado en una restructuración del sistema bancario a cambio de un rescate.