El Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó ayer su informe sobre la reestructuración bancaria en nuestro país, en el que, al mismo tiempo que aplaude los esfuerzos realizados por el Gobierno, señala la hoja de ruta necesaria para que la reforma financiera resulte de más calado.
El FMI sugiere que hay que vigilar más de cerca que los bancos y cajas españoles mantengan adecuadamente su nivel de solvencia, proponiendo un control serio sobre el pago de bonus a sus directivos y de dividendos a sus accionistas.
También señala que la potestad sancionadora, actualmente en manos del ministerio de Economía y Competitividad, debería pasar al Banco de España, algo que ya se ha comentado desde distintas organizaciones internacionales, ya que mejoraría la independencia del Banco.
Refiriéndose al banco malo que ha creado el Ejecutivo Español para gestionar los activos tóxicos provenientes del sector financiero, el Fondo Monetario Internacional solicita que se mejore la política interna del Sareb para que los miembros de su consejo de administración no se vean con frecuencia ante situaciones de conflicto de intereses. De una manera más concreta el FMI propone que se pongan en práctica medidas que impidan a los consejeros del Sareb que hayan sido nombrados por determinados bancos que intervengan en los procesos de venta de activos provenientes de sus propias entidades, o que sean muy similares a ellos.
El Fondo Monetario Internacional reitera que la reforma del sector bancario debe costar lo menos posible a los ciudadanos y que las entidades nacionalizadas deben permitir en último término, rentabilizar su inversión al Gobierno español, a la vez que avisa que siguen existiendo importantes riesgos para el sistema financiero español, en especial ante la pésima previsión económica para este año, que el FMI sitúa en una contracción del PIB de nuestro país del 1.5%.