José Manuel Soria, ministro de Industria, Energía y Turismo, ha afirmado que el kilovatio-hora (Kwh), en su tarifa doméstica, es un 38% más caro en España que en el conjunto de la Unión Europea.
Los españoles pagamos 0,166 euros por cada Kwh que consumimos, mientras que nuestros colegas europeos, a excepción de Malta y Chipre, están pagando una media de 0,12 euros.
El ministro lo ha justificado debido al “alto precio de las actividades reguladas, que en España cuestan un 40% más que en el resto de la Unión“.
Soria ha señalado que “entre 2006 y 2012, los costes se han duplicado debido fundamentalmente al aumento de todos los conceptos de actividades reguladas, como son el transporte, la distribución, las primas al régimen especial, la anualidad del déficit y los sistemas eléctricos extrapeninsulares“.
Este aumento de los costes eléctricos ha coincidido con un “consumo de energía igual o inferior al de hace cinco años“, lo que ha derivado en el actual déficit de tarifa, ya que en 2005 las previsiones hablaban de un aumento de demanda del 22% en 2012, cuando el incremento final ha sido únicamente del 2,6%.
Otro error del actual modelo eléctrico español ha sido, en palabras del ministro, la “apuesta temprana por tecnologías inmaduras que no han permitido aprovechar la curva de aprendizaje, por lo que el resultado ha sido una sobreinversión en las redes, una sobrecapacidad en la actividad de generación y una sobrecobertura de la demanda“, ya que. Y hablando solo de la generación de energía fotovoltaica, España, entre 2008 y 2011, instaló el 76% de su potencia actual, mucho antes que otros países de nuestro entorno.