En esta ocasión hago referencia a la edición digital del periódico galo Le Monde que, a través de su corresponsal en Madrid, avisa que España, para hacer frente a sus dificultades financieras, ha decidido vender una cuarta parte de su patrimonio público; independientemente de que sean grandes espacios naturales, edificios emblemáticos de Madrid o suelo no urbanizable alrededor de carreteras y vías férreas.
En este último caso nos encontramos con Almoraima, en Andalucia, una maravilla única en toda Europa de 14.000 hectáreas de las cuales, el 90% forman parte del Parque Natural de los Alcornocales, uno de los bosques más espectaculares de bosque mediterránea primario.
El precio que el Gobierno ha puesto para esta maravilla de la naturaleza es de 180 millones de euros previa aprobación, claro está, de poder construir en él un hotel de cinco estrellas, dos campos de golf y hasta un aeropuerto. Todo lo que sea necesaria para convertir la zona en el Saint-Tropez local y atraer a los turistas ultra mega millonarios habituales de Marbella.
Ante tal descalabro el gobierno de Mariano Rajoy hace especial hincapié en que estarán atentos a los perfiles de los posibles compradores para que preserven las características tan especiales y únicas de lugar. Además, por supuesto, de asegurarse que las zonas de construcción se sitúen a las afueras del Parque Natural de los Alcornocales.
¿Y esto nos lo debemos creer? ¿Al igual que la cantidad de fuegos fortuitos a lo largo de toda la costa donde curiosamente habrá una ley que permite construir en suelo quemado y vaya a pasar el tren que unirá toda España con Europa?
Imagen: sobremalaga
Fuente: lemonde