Desde que empezara la crisis en 2008, los miembros de los consejos ejecutivos de administración de Iberdrola, Endesa y Gas Natural-Fenosa, las compañías eléctricas más grandes de España, han cobrado 180,65 millones de euros. Por su parte, los consejeros no ejecutivos recibieron 54,23 millones de euros o lo que es igual, 10 millones anuales por asistir a reuniones de forma periódica.
Estas cifras ponen de manifiesto el buen negocio que es convertirse en asesor. Los datos están extraídos de lo que las propias compañías remiten a la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Hay que decir también, que en este periodo de inestabilidad económica, dos de las figuras más representativas de nuestra política han llegado a estos cargos, a saber: Felipe González y José María Aznar, así como varios exministros.
Iberdrola, presidida por Ignacio Sánchez Galán, ha repartido ese dinero de la manera que sigue: el consejo de administración ha percibido 67,8 millones y ha pagado a sus vocales no ejecutivos 27,44 millones de euros, obteniendo un beneficio acumulado de 15.928 millones de euros.
Endesa, presidida por Borja Prado, ha repartido 67 millones entre sus vocales, si bien más de la mitad ha sido en concepto de indemnizaciones a consejeros ejecutivos y se pagaron en el 2009. Los beneficios se estiman en 20.000 millones, contando las plusvalías generadas por la venta de activos a E.ON y Acciona.
Por último, Gas Natural-Fenosa, presidida por Salvador Gabarró, ha retribuido a sus consejeros con 45,8 millones y a sus consejeros no ejecutivos, con más de 17 millones de euros. El beneficio obtenido en este periodo es de 8.200 millones de euros.
Esto se traduce en que en un país en crisis, sin trabajo, el recibo de la luz se encarece constantemente y las compañías eléctricas ganan cada vez más. Sin hablar, claro está, de la escalada del déficit en la tarifa eléctrica para la que el Gobierno ha recortado 6.000 millones de costes y ha introducido una regulación que aniquila el autoconsumo.