Nuestra situación económica, con un paro por encima del 25% de la población activa, hace que la tasa de morosidad siga aumentando, por lo que solicitar un préstamo hipotecario a una entidad financiera nos suponga, en el caso de que nos lo den, pagar mayores intereses que hace un tiempo.
El Euribor está bajo, pero de manera artificial. El tipo actual no refleja la situación real de la economía europea, sino la política que viene siguiendo el Banco Central Europeo.
Ante esta situación, los bancos aumentan los diferenciales de de los intereses de los créditos hipotecarios, algo que puede ser un problema cuando el Euribor suba hacia tasas mas ajustadas a la realidad.
Además de esto, el acreedor, en el caso de que el hipotecado no pueda hacer frente a los pagos, tiene una garantía real de al menos el 50%, a lo que se suma la garantía del hipotecado, que tiene que responder con todos sus bienes presentes y futuros para pagar el crédito.
Actualmente los tribunales pueden parar una ejecución hipotecaria si en la redacción del contrato de préstamo hipotecario observasen cláusulas abusivas, a lo que hay que sumar el asunto de las cláusulas suelo, que ha modificado la política de muchas entidades financieras en este sentido.
Otros dos aspectos importantes, y que los bancos habían olvidado, es que la economía es cíclica y puede haber periodos recesivos y que los pisos no suben de valor indefectiblemente, por lo que es importante disponer de un análisis del riesgo de que un cliente pueda devolver el dinero prestado durante toda la vigencia del préstamo.
Si los analistas de riesgos mandan más en un banco que el departamento comercial se reduce drásticamente el número de préstamos aprobados.