El Gobierno griego, sustentado por la coalición entre el partido conservador y los socialistas, va a modificar la legislación para terminar con la moratoria de desahucios que rige en el país desde 2009, aunque hará excepciones entre los colectivos más desfavorecidos de la sociedad helena. En este sentido, Antonis Samaras, primer ministro griego, ha señalado que “la primera residencia de los ciudadanos socialmente débiles y de cualquiera que demuestra que no puede pagar su hipoteca debido a la crisis será absolutamente protegida. Eso no está sujeto a negociación y punto”.
La Troika, formada por el Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional y la Comisión Europea, venia pidiendo esta medida desde hace tiempo con el objetivo de proteger a los bancos, que acumulaba un 30% de impagos de las cuotas de créditos hipotecarios y al sector inmobiliario griego, dado que el precio de los valores inmobiliarios ha descendido un 22,9% en tan solo año y medio.
La moratoria de desahucios impedía que los propietarios de primera vivienda, con un valor menor a 200.000 euros, ingresos inferiores a los 25.000 euros al año, menos de 15.000 euros en entidades bancarias y cuyas retribuciones se hubieran reducido en un 20% desde que empezó la crisis económica, fueran desalojados de sus casas por no poder hacer frente al pago de la hipoteca.
Pero la sociedad griega no está de acuerdo con esta medida que quiere aprobar el Gobierno, ya que no entiende porque hay que seguir ayudando al sector financiero, que ya ha sido recapitalizado con 50.000 millones de euros procedentes del rescate comunitario.
También la oposición parlamentaria se ha posicionado en contra del levantamiento de la moratoria de desahucios, consiguiendo incluso que no solo los partidos de izquierdas, como Dimar o Syriza hayan pedido que la moratoria se extienda hasta 2015, sino que en el seno de la propia coalición de gobierno, la diputada derechista Sofia Voultepsi ha afirmado que es preferible que el mercado hipotecario colapse primero y que después haya una guerra civil a que primero haya una guerra civil. En tal caso el mercado inmobiliario se derrumbará de cualquier manera, al igual que los bancos, el gobierno y todos nosotros“.