El presidente Rajoy, en el transcurso de la reunión del G-20, se ha comprometido a comenzar a reducir la deuda de nuestro país en el 2016, además de proseguir el camino reformista que tantos apoyos ha recibido por parte del resto de líderes presentes en la reunión.
El desafío, teniendo en cuenta la coyuntura económica es claro: recuperar el crecimiento económico, lograr que nuestro país vuelva a crecer y reducir la tasa de desempleo.
El presidente realizó este balance de la cumbre al mismo tiempo que explicaba ante los medios de comunicación el compromiso español con las propuestas aprobadas en el G-20, relacionadas con el emprendimiento, la desindexación económica y la unión regulatoria del mercado.
En relación con estos objetivos, a los que se ha unido la Unión Europea, nuestro país está dispuesto a aumentar sus esfuerzos para conseguir una “genuina unión económica y monetaria, que mejore su funcionamiento y permita acabar con la fragmentación de los mercados financieros“.
Rajoy ha señalado también que “se apuesta de forma clara y contundente por una unión bancaria, sobre la que ya ha habido avances que España demanda que no se paren y que, a ser posible, se vayan acelerando. Así que, en este sentido, estoy muy satisfecho porque coincide con los planteamientos que hemos hecho este año y medio“.
La cumbre del G-20 ha servido también para que los países participantes pacten que cuando uno de ellos tenga un superávit en sus cuentas lo utilice para aumentar la demanda interna de sus ciudadanos y cuando exista déficit se dedique a ahorrar para no ampliarlo, algo que permitirá al Gobierno español no tener que aprobar más recortes para ajustar el déficit público.