¿Qué significa esto? Pues que en la mayoría de los casos pagamos justos por pecadores, como se suele decir. Por cada fraude cometido, cada conductor asegurado debe abonar un 16% más al año en la renovación de su póliza. Es decir, si se paga una media de 230 euros en el seguro del coche, unos 38 euros corresponden a los costes asociados al fraude, un 52% más que hace dos años.
Estos datos provienen del segundo Barómetro del Fraude en el Seguro de Autos de Línea Directa, en el que además de cifras económicas nos indican el tipo de fraude más común, alcanzado el 74% y que se corresponde con incluir en el parte daños ajenos al accidente. Los fraudes cometidos por los proveedores, los montajes y querer hacer pasar como un golpe una avería mecánica son otras formas utilizadas. Eso, dejando de lado las lesiones, en el que el 98% de los casos son simulados.
Según este informe, el perfil del defraudador son jóvenes de menos de 26 años y pymes, los dos colectivos altamente afectados por la crisis. Y las supuestas estafas predominan en el mes de julio, con un 12%, mientras que en febrero disminuyen al 5,7% del total.
Por primera vez en la historia de estos estudios, se ha preguntado a los conductores su opinión en relación a los fraudes, y las respuestas puede que hayan sorprendido a unos cuantos. Casi tres millones de los asegurados afirman haber cometido fraude alguna vez; un tercio de los mismos incluyendo más daños de los reales, una cuarta parte lo hizo para arreglar daños sin tener que abonarlos y un 11,3% indicó haberlo realizado “porque lo hace todo el mundo”. Además, prácticamente todos los encuestados se muestran a favor de estas participaciones y no las consideran graves.
Y vosotros, ¿defraudaríais a vuestro seguro de coche?
Imagen: elperiodicodearagon