A partir de mañana se aplicará en todo el territorio de la Unión Europea las nuevas ventajas arancelarias hacia terceros países, tras las modificaciones realizadas al mismo en 2012, y que beneficiará a los países más débiles del planeta.
El SGP (sistema generalizado de preferencia), excluirá a partir de ahora a los países que hayan llegado a niveles de renta medio-altos, situación en la que se encuentran estados como Venezuela, Uruguay, Cuba, Brasil o Argentina.
El modelo lleva funcionando desde 1971 y el periodo de transición hacia la nueva versión ha durado más de un año, para que los cambios no tuvieran un impacto desfavorable y las empresas pudieran adaptarse a las nuevas características del mismo.
El nuevo SGP fue negociado entre el Parlamento Europeo, la Comisión Europea y los países miembros para convertirlo en una “herramienta poderosa para el desarrollo económico de los países más pobres del mundo a través de un acceso preferente al mercado de 500 millones de consumidores de la Unión Europea“.
El Ejecutivo comunitario propuso modificar la política arancelaria, durante la última negociación del SGP, que a la vista de la mejora que había tenido lugar a lo largo de los últimos 20 años, de determinados países, que casualmente eran los que más relación comercial tenían con Europa, mientras que otros estados, más atrasados económicamente, no llegaban a cifras de negocios significativas.
El nuevo modelo reduce a 90 los anteriores 177 países que pueden utilizar el SGP, lo que aumentará la eficacia del sistema en aquellos países que tienen problemas para colocar sus productos en Europa y les cuesta entrar en los mercados comerciales internacionales.
Desde Bruselas se ha aclarado que los países que ahora serán excluidos del SGP pueden volver a entrar en el si cae su renta per cápita.