La entidad bancaria nacionalizada Catalunya Caixa (CX) continuará en poder del Estado hasta conocer los resultados de la revisión de la calidad de los balances (AQR) del sector financiero español,que realizará a mediados de año el Banco Central Europeo.
Todos los compradores interesados en el banco, tanto los estatales como los extranjeros, quieren disponer de este dato antes de aventurarse en un proceso de adquisición del que podrían salir perjudicados si los resultados son negativos.
Ante esto, el ministerio de Economía ha modificado el calendario de privatización que tenia previsto, situándolo ahora entre el resultado de la AQR y los posteriores test de estrés que se realizarán a la banca española en el mes de septiembre.
Los técnicos que están trabajando en la operación han señalado que “puede existir una ventana de desinversión entre el AQR y los test de estrés. Si no, se tendrá que retrasar la resolución del proceso hasta después de las pruebas de la autoridad bancaria europea (EBA). Pese a que Catalunya Caixa aprobará el AQR, su posible comprador se verá afectado negativamente, por el impacto que le producirá la entrada en su balance de Catalunya Caixa. Esta situación retrasará la operación hasta después de la prueba de la EBA“.
Hasta el momento, ha transcendido que Caixabank, Santander y BBVA están interesados en quedarse con Catalunya Caixa, habiéndose comprometido ante el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) a presentarse a la subasta cuando esta se convoque formalmente.
El FROB tiene claro que la actual situación de Catalunya Caixa es peor que la que tenia Novagalicia en el momento de su venta, ya que sus desinversiones son más lentas, aún no ha dado solución a sus problemas con las participaciones preferentes y ha iniciado un Expediente de Regulación de Empleo, por lo que está siendo complicado suscitar el interés de posibles compradores extranjeros de la entidad, ante lo cual todo hace indicar que la puja será protagonizada por entidades financieras de nuestro país.