El Consejo de Ministros ha aprobado hoy la reforma de la ley concursal con el objetivo de que empresas con un alto nivel de endeudamiento, pero rentables en su actividad, corran el riesgo de ser liquidadas al verse obligadas a entrar en concurso de acreedores. Desde el departamento dirigido por Luis de Guindos han calculado que las deudas de las empresas se reducirán, con la nueva normativa, un 10%, que en datos absolutos supone unos 133.000 millones de euros.
Portavoces del ministerio de Economía han comentado que el futuro Plan Nacional de Reformas aclarará más datos sobre la relevancia de estos cambios legislativos, que buscan principalmente que aquellas empresas que sufren una caída de actividad por la crisis no se vean obligadas a cerrar y destruir puestos de trabajo, una situación muy frecuente que dificulta la recuperación económica de nuestro país.
En concreto, los cambios buscan promover la negociación entre acreedores de la empresa y deudores, para evitar llegar a la fase de concurso, ya que desde el propio ministerio se afirma que “el 90% de las empresas que ahora van a concurso acaban liquidadas”.
Esta negociación facilitaría el aplazamiento en los pagos, las quitas de la deuda y las capitalizaciones, como alternativas a la desaparición de la empresa al no poder hacer frente a las deudas.
Una nueva posibilidad que se abre ahora es la de que los acreedores, que casi siempre son entidades financieras, pasen a tener parte de la propiedad de la empresa, permitiéndoles, una vez que el Banco de España revise su normativa sobre reclasificación de créditos, liberar las provisiones que habían previsto ante una posible morosidad de la empresa.
Otra novedad para que las negociaciones no encallen, es que los propietarios que no quieran llegar por algún motivo injustificado, a un acuerdo, sean considerado como presuntamente culpables en el consiguiente concurso de acreedores, ya que, y siguiendo las pautas de los técnicos ministeriales “si los informes independientes aclaran que las fórmulas de refinanciación contempladas en las negociaciones son la única forma de viabilizar la empresa y, además, se ofrece al socio que se opone un derecho de recompra de acciones en el tiempo, es muy duro que ese propietario se oponga a que los acreedores participen”.